¿Por qué? (¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?)… ¡Ya estamos finalizando la segunda semana de 2019! A estas alturas, tus planes de actividad para el año ya están pensados, consensuados y se han comenzado a poner en práctica (o no).
El entorno está lleno de retos y, al mismo tiempo que existen muchas incógnitas, hay fuertes oportunidades que se abren en los próximos 12 meses… Te has parado a pensar en el “qué, por qué y cómo” de tus planes y tu actividad: Es decir, “qué haces” (o qué no haces), “por qué haces lo que haces” (o por qué lo haces así y/o no lo haces de otra manera) y “cómo lo haces” (o cómo lo podrías hacer diferente).
Antes de dar cualquier paso, plantearnos el “qué, por qué y cómo” considero que son preguntas clave pero, especialmente, considero crítico el “por qué” ya que, en cualquier momento de nuestro ciclo de vida del proyecto, y al margen de la flexibilidad que requiere cualquier plan internacional, tendremos que acudir a ese “por qué” para saber en qué punto estamos.
A la hora de desarrollar el negocio internacional de tu empresa pasa algo parecido…
- ¿Qué… actividad desarrollas en exportación? (ej., puedes tener otros canales).
- ¿Por qué… sigues la estrategia comercial que desarrollas? (ej., quizás otras son interesantes)
- ¿Cómo… la implementas? (ej., podrían existir otras formas de actuación complementarias o sustitutivas que mejoren la oferta de tu empresa).
Al final, en la práctica empresarial son tantas las acciones y las relaciones que, a toda velocidad, las causas que podemos razonar ante un “sí” o un “no” son muchas, pero no siempre las únicas y correctas: Sin embargo, de todas todas, estaremos ante el “sí” o el “no” … ¿Y si le damos una vuelta y pensamos también el “por qué”?.
Contáctanos y te ayudaremos con tus planes estratégicos de desarrollo de negocio e internacionalización comercial o con tus programas de formación: ¡Feliz 2019!.